La onicofagia
Morderse las uñas es una manía que muchas personas desarrollan en la más tierna infancia, y muchas de ellas lo siguen manteniendo con el paso del tiempo. Con el transcurrir de los años esta manía se hace algo habitual que permanece y que se lleva a cabo de manera automática. Esto es lo que dificulta mucho más dejar de morderse las uñas, pues los efectos que tiene este hecho en nuestra salud no son demasiado buenos.
La onicofagia , es el hábito de "comerse las uñas" generalmente de los dedos de las manos, o una manía si no puede controlarse. Es una enfermedad de carácter psicológico, que puede precisar de ayuda profesional. La persona que padece onicofagia puede llegar al extremo de retirar sus uñas hasta dejar la piel al descubierto.
EL ORIGEN
Antes de nada vamos a ver el origen de esta manía. La mayoría de estudios llevados a cabo, y los especialistas aseguran que una de las principales causas por las que un niño tiende a morderse las uñas es por ansiedad. Se trata de una vía de escape que termina convirtiéndose en algo habitual y común. Estos cuadros de ansiedad en la mayoría de los casos se deben a la presión que rodea al niño a todos los niveles, y que es la culpable de que se produzcan cuadros de angustia y estrés que derivan en este acto.
Con el paso del tiempo este acto deja de representar una verdadera vía de escape, y se convierte más en una manía. Es cierto que a causa de la estética y de lo mal que quedan unas uñas mordidas, muchas son las personas que al crecer abandonan este hábito. En su mayoría suelen ser las mujeres las que lo hacen, mientras que los hombres siguen manteniendo esta costumbre que no puede acarrear algún que otro problema.
INDICADOR DEL ESTADO GENERAL DE SALUD


La función de las uñas es proteger los tejidos de pies y manos gracias a la proteína endurecida que las forma, la queratina, que también se localiza en el pelo y en la piel. Además, son un buen indicador del estado general de salud. Unas uñas saludables son lisas y de color uniforme. Por el contrario, diversos estados de decoloración pueden sugerir ciertas enfermedades, infecciones, lesiones o intoxicaciones. Las líneas de Beau -marcas acanaladas que se extienden de un lado a otro de la uña- pueden ser resultado de una enfermedad pasada, una lesión de la uña o una situación de desnutrición.
Si son frágiles o quebradizas, además de ser un síntoma de envejecimiento, puede ser culpa de algunas enfermedades, como hipertiroidismo o hipotiroidismo; con crestas (líneas pequeñas y levantadas que se desarrollan en la parte superior e inferior de la uña) levantadas, delgadas y cóncavas, sugieren anemia ferropénica.
Los hongos o levaduras causan cambios en su color, textura y forma, así como las infecciones bacterianas que pueden, además, causar la pérdida de la uña. Los virus que provocan verrugas, ocasionan también cambios en su forma. Otras enfermedades que se insinúan en las uñas son las que afectan a la cantidad de oxígeno en la sangre y que provocan que éstas se curven hacia abajo; algunas nefropatías y enfermedades hepáticas; la psoriasis, que puede causar hendiduras, onicólisis y distrofia de la uña; la amiloidosis sistémica; y ciertas deficiencias de vitamina, entre otras. La intoxicación por arsénico (que causa líneas blancas y crestas horizontales) o la ingesta de plata (que provoca una coloración azulada) son también visibles a través de las uñas.
ALGUNOS TRUCOS PARA ADULTOS
Si son frágiles o quebradizas, además de ser un síntoma de envejecimiento, puede ser culpa de algunas enfermedades, como hipertiroidismo o hipotiroidismo; con crestas (líneas pequeñas y levantadas que se desarrollan en la parte superior e inferior de la uña) levantadas, delgadas y cóncavas, sugieren anemia ferropénica.
Los hongos o levaduras causan cambios en su color, textura y forma, así como las infecciones bacterianas que pueden, además, causar la pérdida de la uña. Los virus que provocan verrugas, ocasionan también cambios en su forma. Otras enfermedades que se insinúan en las uñas son las que afectan a la cantidad de oxígeno en la sangre y que provocan que éstas se curven hacia abajo; algunas nefropatías y enfermedades hepáticas; la psoriasis, que puede causar hendiduras, onicólisis y distrofia de la uña; la amiloidosis sistémica; y ciertas deficiencias de vitamina, entre otras. La intoxicación por arsénico (que causa líneas blancas y crestas horizontales) o la ingesta de plata (que provoca una coloración azulada) son también visibles a través de las uñas.
ALGUNOS TRUCOS PARA ADULTOS
Para un adulto, las uñas son una carta de presentación en muchos ámbitos, como el afectivo o, sobre todo, el laboral. Por este motivo, si no se desea causar mala impresión, se debe abandonar el hábito. La solución más frecuente es aplicarse un barniz de gusto amargo. Sin embargo, no hay estudios concretos y fiables al respecto. Estos preparados pueden adquirirse en farmacias, aunque también pueden frotarse con vinagre, zumo de limón o ajo todas las mañanas al levantarse.
Otras recomendaciones que ayudan a controlar la onicofagia son:
• Mantener las manos ocupadas (con un libro, pelota pequeña o llaves) o mascar chicle.
• A algunas personas les beneficia el hecho de colocarse recordatorios en las manos, como un anillo, o taparse las uñas con cinta adhesiva.
• Poner atención en uñas y manos: hacerse la manicura, hidratarlas o darles una capa de esmalte.
• Llevar siempre una lima de uñas: ante una pequeña rotura, se puede eliminar el trozo sin caer en la tentación de morderlo. Luego cuesta detenerse.
• Realizar una fotografía una vez que se logre tener unas uñas "idóneas" y dejarla en un lugar visible para intentar no caer en la tentación.
• Buscar el soporte de personas allegadas ante cualquier intento de morderse las uñas, para que se percaten cuando la persona se lleve las manos a la boca o detengan la acción. No obstante, a menudo, cuesta aceptar la corrección constante, por lo que es mejor pedir este favor a personas de confianza.
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